El auge de la comida americana traspasó fronteras hace ya muchos años, siendo algunos de sus productos parte de la dieta de comensales en todo el mundo. Un claro ejemplo de ello es la salsa barbacoa, que se incorpora en multitud de recetas e incluso se han creado nuevos platos solo para añadir su inconfundible sabor, que apareció durante la época precolombina para mantener los jugos de la carne y hacer más apetecible el aspecto de la misma.
Sin embrago, nadie se pone de acuerdo en la lista de ingredientes en caso de querer hallar la fórmula exacta de esta salsa para probar suerte en la cocina. Y tras muchos intentos tratando de emular el sabor agridulce y picante de este aliño de fuerte sabor ahumado, lo más seguro para no equivocarse es recurrir al producto comercial y a ser posible, la de la famosa marca Hunt’s. Porque si muchos aún no lo han sospechado, el sabor ahumado y amaderado de la receta original forma parte de una receta secreta custodiada desde hace más de cien años.
Y si definitivamente no se tiene la suerte de conseguir el singular sabor de este aderezo trabajando la receta en casa, en alguna cadena de restaurantes de comida americana se puede degustar salsa barbacoa para costillas, ya que utilizan la marca más reconocida del mercado para sazonar sus platos estrella por ser ésta la que conoce la auténtica e inconfundible receta americana.
Carne de cerdo asadas, de pollo, patatas fritas y verduras rebozadas son los productos clásicos donde la esta salsa actúa como el adobo o aliño preferente. Es un estilo de preparar la carne muy sencillo pero sabroso y popular, muy dado en las reuniones familiares, eventos entre amigos y sobre todo en las clásicas barbacoas al aire libre, por lo que siempre hay alguien que quiere sorprender con su receta elaborada a mano o tener la de la receta original comprada para estas ocasiones.
Para quienes no se resistan a intentarlo, prueben con un sofrito de pimientos verdes, cebolla, ajo, tomate frio o kétchup, almidón, vinagre, cilantro, zumo de naranja, salsa Worcester y whisky. Sal y pimienta al gusto y no olviden un triturado y tamizado esmerados para conseguir la más fina de las texturas de su salsa barbacoa. Las cantidades a partir de los vegetales van en función de los gustos, así que conviene dedicarle mucho mimo y más paladar.