La importancia de invertir en mejoras y proyectos vitivinícolas

Lo vemos cada año en las noticias, el cambio climático no solamente afecta al deshielo de los polos, a la desertización de antiguos campos sino que es un factor fundamental en la crisis de sectores como el agrario.

Los cultivos ya no salen con la misma calidad, hay épocas de sequía más largas, lluvias torrenciales que destrozan los  frutos… Entre estas industrias una de las que más se ve afectada es la del vino. El cambio climático y la preocupación del sector vitivinícola por estudiar qué repercusión tiene el aumento de las temperaturas en los cultivos ha promovido proyectos I D dirigidos a conseguir una gestión óptima de esta industria y de los agentes que intervienen en ella.

No son pocos los estudiosos que tratan no solamente de mejorar el producto con nuevos proyectos o técnicas, sino aquellos que estudian cómo cambia la calidad, producción, tiempos dependiendo de los cambios ambientales.

El vino ha sido definido como el manjar de los dioses desde tiempos muy remotos, todos recordamos la pasión de los griegos por este brebaje. Desde entonces ha estado presente en las mesas de todos los hogares.

España es uno de los mayores productores de vino del mundo, además de ser conocido por su gran calidad. Por ello es tan importante para el futuro que estos proyectos I+D+ I salgan adelante gracias a ayudas gubernamentales, subvenciones o ayudas.

El problema vitivinícola

De aquí a hace un par de años algunos bodegueros y viticultores observaron cambios en el  proceso de maduración de la uva. Vieron que había una tendencia a que se produjese un desfase entre la madurez de aromas que llegaba mucho más tarde que la madurez en azúcares.

Por ello cada vez resultaba más difícil acertar con el punto óptimo de cosecha, ya que alomejor conseguían uvas en el grado adecuado de azúcares pero con taninos altos y sin la máxima intensidad aromática. Lo cual obviamente hacía que la calidad del vino resultante fuese más pobre y su precio en el mercado se viese negativamente afectado.

Este problema suponía un gran reto para los enólogos, ya que tenían que lidiar con los cambios climáticos y un consumidor que cada año demandaba una mejor calidad, vinos de aroma intenso, con menor grado alcohólico y de taninos maduros.

Las consecuencias del cambio climático

Entre los efectos que vemos del cambio climático sobre los parajes de nuestro país es un aumento generalizado de las temperaturas medias, un aumento de periodos de sequía y en épocas de lluvia tormentas de una alta intensidad y prolongadas.

Ante estos cambios es inevitable pensar en usar tecnologías para incentivar el éxito de nuestros campos, tal es el problema que aquellos que no hayan empezado a usarlas se pueden ver en un rotundo fracaso del cultivo de la vid en muy pocos años.

Entre uno de los proyectos más interesantes de investigación relacionados con este tema que podremos encontrar es el de CENIT-DEMETER (acrónimo de Desarrollo de Estrategias y Métodos vitícolas y Enológicos frente al cambio climático. Aplicación de nuevas Tecnologías que mejoren la Eficiencia de los procesos Resultantes).

CENIT- DEMETER

El objetivo de este programa se ha basado en prestar una ayuda a los productores de vino  para que se adapten a los nuevos cambios, el clima o factores como la altitud. En él participaron 26 empresas, 5 centros tecnológicos y más de 30 grupos de investigación.

Entre los estudios que realizaron destacaremos los de transcriptómica, estos estudios relacionan el proceso de maduración de la uva (aromas, polifenoles, síntesis de azúcar) con los cambios de expresión genética, la gestión del riego como herramienta que influye en la composición de la baya o su fertilidad, la adaptación de levaduras a las composiciones de mosto o la reutilización de aguas residuales.

Aunque en nuestro país hasta la fecha se ha podido cultivar sin prácticamente problemas en cualquier región estos estudios han descubierto que es mucho más favorable trasladar su cultivo a zonas de mayor altitud (hasta la actualidad consideradas como las menos propicias).

Hacer cambios en la planificación del riego y en la orientación de las filas de viñas para así, aprovechar al máximo los recursos disponibles.

Otro estudio importante hasta la fecha es el del Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, NEIKER-Tecnalia. 

En este estudio han comparado el vino de la especia Tempranillo cultivada en condiciones normales y un vino surgido de un aumento de temperaturas, con otra textura de suelo y con un menor riego (imitando así las futuras condiciones climatológicas).

Obtuvieron como resultado un retraso en la maduración de la uva lo cual hacía que el aroma, el color y hasta el sabor del vino se viese afectado.

Como conclusión añadiremos que la financiación empresas de los proyectos I+D en campos agrícolas es importante no solamente para prevenir que se pierda calidad, sino como una fuente de refuerzo de economía.

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