Hablemos de motos y de su disponibilidad a la hora del jolgorio

Es un tema bastante de actualidad, por eso lo traemos a colación en nuestra página: el uso de una motocicleta está totalmente indicado para aquellos que quieren divertirse, que quieren pasarlo bien, que disfrutan con el dinamismo que te da ir de un sitio a otro, en definitiva, para todo el mundo que esté dispuesto a montarse a horcajadas en una burra metálica y dejar pasar el tiempo.

Además, los mundiales de motociclismo han puesto de manifiesto que los españoles somos bastante hábiles en eso de dirigir el manillar y ganar un campeonato tras otro. Da igual que pensemos en una cilindrada pequeña, como la de 125 c.c., o en otra mayor, como la antigua de 500 c.c., es obvio que el dominio de los hispanos han convertido el asfalto de las pistas para moto en su territorio más cómodo. No en vano uno de nuestros pilotos tiene bandera propia…

Además, con la llegada de la Red de redes los sitios como www.desguacesdemotos.eu han ido proliferando, lo que indica una cosa bastante interesante: no solamente es agradable montar en moto, sino que además podemos repararla, en caso de que se averíe, de una manera económica y totalmente apropiada. Así se cierra el círculo de manera correcta y podemos afirmar, por tanto, que ni siquiera una rotura mecánica va a estropear nuestro vehículo y nuestra diversión.

Por supuesto hay gente que desdeña la diversión que dos ruedas y un puño que se retuerce nos propone. Son esos mismos que afirman que es una afición demasiado cara (aunque con los desguaces, como te hemos dicho, las cosas se han atemperado bastante), que los moteros son unos irresponsables, que es peligroso circular sobre dos motos, que cuando montamos en una moto la carrocería es nuestro cuerpo… Pero todo eso tiene mucho de mitología, así que estaría bien que lo tuviéramos en cuenta para valorar cuánto puede hacer por nosotros el disfrute y la excelencia de una moto.

Ser motero, además, es formar parte de una especie de comunidad que tiene nuestros mismos gustos, que comparte nuestras aficiones y que no tuerce el gesto cuando hablamos, todo el rato, de motos. Algunos, para sentirse cómodos o respaldados o acompañados, se apuntan a clases de baile, o a una sociedad de excursionistas, o a una asociación cultural… Así que, ¿qué puede haber de malo en anotarnos el punto de entrar en una exclusiva hermandad motera?

Pues ya lo sabes, tras lo que te hemos contado lo más correcto, lo que mejor te vendrá, será poner a punto tu motocicleta (o  comprarte una si es que no tienes) y salir a devorar kilómetros a bordo de una montura indomable que, tras unos cuantos cuidados y con mucho ensayo, se convertirá en una bestia apacible que dará gusto tener.

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