El estuche de lápices está directamente asociado con el ámbito escolar sin embargo, estos pequeños objetos pueden servirnos para guardar de todo, no sólo material escolar o de oficina.
En nuestra cultura su uso está más que extendido. Todos sabemos que cuando llega el mes de septiembre es uno de los objetos que hay que comprarles a los niños y niñas para su nueva etapa escolar. A pesar de ello, muy poco conocemos o sabemos acerca de cómo surgieron los estuches de lápices.
La elaboración de los primeros estuches data de 1800. Estos tenían una forma redondeada muy diferente a la que conocemos hoy en día que, generalmente, es rectangular. Estaban fabricados en plata de ley por lo que, su transporte se hacía pesado; los primeros estuches fueron fabricados en Londres con la finalidad de guardar en ellos los lápices telescópicos. Al mismo tiempo, en China se fabricaban estuches de madera y metal que eran exportados a varias partes del mundo.
A pesar de que estos datos son los que primero se han recogido sobre la fabricación de estuches, hasta los años 40 no surge la primera patente de este objeto tan utilizado en nuestros tiempos. Veronica Perla Amoth fue la artífice de que este objeto llegara hasta nuestros días. A ella se le debe la primera patente de los estuches escolares en el año 1946 en Estados Unidos.
El estuche creado por Amoth era una caja en la que había diferentes ranuras para encajar los lápices (un estuche muy parecido al Padel Lob) y tenía una capacidad para guardar seis lápices. Este estuche tenía una abertura en la parte posterior por la que salían las gomas de borrar que tenían los lapiceros por lo que el transporte del mismo se hacía difícil ya que siempre tenía que ir en posición vertical.
La evolución del estuche ha dado lugar a que cada vez su transporte sea más cómodo, que se puedan cerrar para no perder el contenido y que puedas elegir su tamaño en función de tus necesidades. Además, se ha convertido en un objeto de uso cotidiano no sólo en el ámbito escolar, sino en nuestra vida diaria ya que en el podemos guardar todo tipo de objetos más allá
de bolígrafos y lápices.
No obstante como ya señalamos, es uno de los objetos indispensables que hemos de adquirir al comienzo del curso académico. Gracias a la evolución de la tecnología y de los procesos industriales los estuches de hoy en día son mucho más cómodos de transportar ya que, generalmente, se fabrican en telas de alta durabilidad para que no se pierda nada de lo que guardemos dentro de ellos.
Sin duda alguna podremos encontrar todos los modelos de estuches a unos precios estupendos en Viva el Cole, dónde cuentan con un amplio catálogo de estuches de diferentes tamaños y diseños para que los niños y niñas puedan elegir el que más les guste.
Sara Vigil Iglesias