La crisis, entre otras malas cosas, trajo consigo un freno en la creatividad de los profesionales. Miles de proyectos personales de emprendimiento quedaron estancados ya sea por miedo, por falta de empuje o porque la banca cerró el grifo de golpe a las formas más tradicionales de financiación.
Hoy día, el panorama es distinto y gracias a que las perspectivas económicas han mejorado pero, sobre todo, a que hemos perdido el miedo al emprendimiento y recuperado el entusiasmo por desarrollar nuestras vocaciones, vuelven los oficios.
Un ecosistema favorable
La vuelta a los oficios, entendido como aquel trabajo en el que cada persona desarrolla sus habilidades, sus pasiones y sus conocimientos sobre una materia concreta de forma autónoma, ha sido posible gracias a que el panorama actual es de mayor confianza en el emprendimiento que hace unos años.
Desde las facilidades que ofrece internet como medio de promoción y/o desarrollo a un mínimo coste, hasta la posibilidad de obtención de créditos personales como los préstamos T-PRESTA, a través también de internet y con facilidades que permiten el emprendimiento sin obstáculos que pudieran establecer otras financieras como la necesidad de aval.
Por otra parte, el clima de desempleo y el acceso a nuevas herramientas ha sido otro de los factores. La falta de confianza por obtener un trabajo a través de empresas ha fomentado que el espíritu emprendedor brote y nos lancemos a obtener nuestro propio trabajo sin depender de terceros.
La importancia de las nuevas tecnologías
Desde la consecución de la financiación de forma online como hemos visto con T-PRESTA, hasta la posibilidad de crear una plataforma de venta directa o e-commerce, ya hemos visto como internet ha jugado un papel fundamental a la hora del resurgir de estas formas de autoempleo.
No sólo incluso en la fase emprendedora propiamente, sino incluso antes, en el acceso al conocimiento y a los pasos que llevan a montar nuestra propia empresa, las facilidades que ofrecen desde los cursos online (en muchas ocasiones gratuitos, aunque con una amplia oferta de escuelas de negocio destinadas a este fin concreto) hasta las experiencias de los nuevos emprendedores plasmadas paso a paso en forma de blogs, artículos o tutoriales, fomentan que hoy día no sea complicado emprender apoyándose en las nuevas tecnologías.
Un asunto de vocación
¡Ojo! Que existan facilidades no quiere decir que todo el mundo esté preparado o posibilitado para emprender: a una vocación e ilusión necesaria por montar nuestra propia empresa (la motivación debe superar a la necesidad) se le debe añadir una habilidad y un conocimiento exhaustivo de la materia en la que se emprende.
El proyecto además, debe ser ilusionante: durante el emprendimiento habrá subidas, bajadas, días buenos, días malos… incluso meses. Por ello, debemos estar preparados no sólo económicamente, sino psicológicamente para no abandonar un proyecto vital y esperar con ilusión a que este dé sus frutos. Una paciencia para la que sólo quienes tengan el “ADN emprendedor”, están preparados.