La Navidad es época de reuniones familiares y celebraciones. Y también de gastos, no solo en comidas y regalos, sino también en electricidad: Navidad es una de las épocas donde más calefacción gastamos.
Ahorrar electricidad se convierte en una odisea: Las ciudades están adornadas con luces, dejamos las luces encendidas toda la noche, no cerramos adecuadamente puertas y ventanas para un mejor aislamiento térmico, y el consumo eléctrico se dispara por la calefacción. Todos estos factores pueden aumentar de forma peligrosa nuestra factura de la luz. Para evitar un susto después de las fiestas, hay muchas formas de ahorrar dinero. Revisar la instalación eléctrica o utilizar bombillas de bajo consumo puede ayudarnos a ahorrar.
Buscando una Navidad más barata
Con el invierno, la factura de la luz se dispara. El consumo eléctrico aumenta gracias a la calefacción: Con la crisis, muchos hogares tiene dificultades para abonar la factura de la luz dándose una situación de pobreza energética. Para ello, muchos edificios han instalado termostatos para regular el consumo de energía.
La climatización de las viviendas, mantener una temperatura constante son claves: la calefacción supone un 46% de gasto energético en una vivienda y elevar un grado más la temperatura supone un 7% más de gasto energético.
Reducir un par de grados la calefacción manteniendo una temperatura agradable y constante, aprovechar las horas de luz natural o usar luces de tecnología LED pueden ayudarnos a hacer que la cuesta de enero sea menos pronunciada.
Cómo reducir el consumo eléctrico
Navidad es una época para decorar la casa: adornar la casa con luces LED puede ayudarnos a reducir el consumo eléctrico. No hace falta decorar mucho la casa para celebrar las fiestas: a menos adornos, menor consumo eléctrico. La tecnología LED no solo nos ayuda a ahorrar energía sino también a mejorar nuestra salud y calidad de vida cuidando el medio ambiente.
Aprovechar las horas de luz natural o calentar la casa para evitar tener encendida todo el día la calefacción nos ayudará a ahorrar energía. No cocinar más de lo necesario, poner la calefacción a una temperatura agradable o preocuparse de no mantener más luces encendidas de las que se necesita son algunos consejos.
Cocinar solo lo necesario. Navidad es una época en que los hornos y la cocina se convierten en el epicentro de la casa. Usar la olla a presión o cerrar bien el horno y el frigorífico nos ayudará a ahorrar en gas y luz. Sacar partido a los productos congelados o utilizar más el lavavajillas también nos ayudará a ahorrar energía.
Navidad también es época para estar con la familia: el calor humano permite bajar un par de grados la temperatura. Pasar más rato con la familia nos evitará estar delante del televisor o de los aparatos electrónicos pasando un buen rato y ahorrando energía.
Pasar unas buenas Navidades no tiene por qué salir caro: un cambio en nuestros hábitos energéticos puede ser conveniente para pasar unas fiestas más felices.
DANIEL FERNÁNDEZ ABELLA