Ya no compramos igual que antes. Nuestros hábitos como clientes y consumidores han ido cambiando a la par que las tecnologías de la información y la comunicación se han ido abriendo hueco en nuestras vidas poco a poco. Ya cada vez nos fiamos menos de nuestro instinto como compradores y adquirimos productos a ciegas. Cada euro que gastamos es importante y por eso primero nos solemos dedicar, y cada vez más a menudo, a recopilar información sobre lo que compramos antes de rascarnos el bolsillo.
Además, las empresas también han tenido que adaptarse al nuevo escenario que se han presentado para hoy en día, ya que antes se ceñían sobre todo a su ámbito geográfico, pero hoy en día su nicho de mercado potencial es el planeta entero. Todo depende de la ambición y las posibilidades de cada uno, pero lo cierto es que hay más posibilidades que nunca de encontrar nuevos clientes, y también más competencia que nunca. Y por ello la nueva economía digital es al mismo tiempo un reto apasionante y difícil en el que no hay que perder el paso ni un momento.
En el caso particular de las empresas relacionadas con la automoción en España, a estas dificultades, o vamos a llamarlo mejor cambios, ha venido a sumarse una crisis económica que lleva ya demasiados años instalada y de la que aún estamos tardando en recuperarnos. Ello ha supuesto una gran caída en las ventas de los vehículos y en general de toda la actividad relacionada directa o indirectamente con la venta y reparación de vehículos.
Y no solo eso, sino que como consecuencia también directa de ello el mercado de segunda mano ha obtenido una nueva vida. Las páginas web destinadas a poner en contacto a vendedores particulares proliferan por doquier y con un gran éxito, y siguiendo con el ejemplo de la automoción, las empresas de desguace están ahora de forma paradójica más vivas que nunca. Gracias a Internet han encontrado además un gran aliado, ya que muchas de ellas se han agrupado en torno a algún buscador de desguaces de los muchos que existen hoy en día, y de esa forma llegan a cientos de miles de clientes a diario, clientes que de ninguna forma podían dar antes con esos desguaces a no ser que buscaran en la guía de las Páginas Amarillas de la provincia correspondiente. Una gran avance, sin duda.
No es de extrañar por tanto ver como cada día proliferan nuevos sitios dedicados a funcionar como directorios de empresas, y no solo de actividades relacionadas con el motor, sino en general con cualquier actividad económica. Ante el empuje de las grandes empresas es la unión la que hace la fuerza en las pequeñas firmas.
